Árboles con alma


Mi abuelo, ilustre abogado y popular poeta costumbrista altoaragonés, publicó en 1935 una poesía en homenaje a los árboles dedicada a los niños. Se trataba de un poema sencillo, pedagógico, amable: a continuación transcribo la primera estrofa:

"La cuna en que nuestra madre / nos mece en la edad primera, / la lumbre de los hogares / de las risueñas aldeas, / el techo que nos cobija, / los muebles que nos rodean, / las flores que nos perfuman, / los frutos que nos sustentan, / los libros en que estudiamos / y el arca en que nos entierran; / son producto de los árboles / que véis crecer por doquiera" ...

Pues bien, el objeto de este blog es unirme a ese homenaje y dar a conocer los árboles ya que no con versos míos, con fotografías mías... Y con poemas acerca de los árboles de autores consagrados. Por cierto, el resto de la poesía de mi abuelo podéis leerlo en la entrada "Los árboles" de este blog.

viernes, 20 de octubre de 2017

Vid (Vitis vinifera)

La vid es una planta que ha acompañado al hombre desde el inicio de la Civilización: su cultivo acompaña a la civilización humana, ya desde el Neolítico. Conocemos la supuesta estima de los dioses mitológicos, como Baco, al vino, y la real estima por él de tantos personajes bíblicos. Tiene además una gran importancia económica, por su consumo como fruto fresco... y, más todavía, por el consumo de los vinos que produce mediante fermentación

Pues bien, aquí tenemos una joven vid. Una cepa nueva  plantada en un jardín de Sans, en Barcelona... ¡encima de las vías del tren!:


La "cepa" es el conjunto de tronco, sarmientos, pámpanos, zarcillos y demás elementos de la planta que ahora detallaremos... Todos esos elementos reciben su fuerza vital del tronco de la cepa, que se mantiene vivo a lo largo de los años.

Vemos uno de esos troncos: son troncos retorcidos, tortuosos, que si no fueran podados podrían alcanzar los seis metros de longitud


Vemos otro de esos troncos: su corteza es gruesa y áspera. Se desprende en tiras longitudinales:


Las ramas de la cepa de la vid se llaman "sarmientos". Son unos vástagos que brotan cada año del tronco (o de algún sarmiento del año anterior conservado en parte). Estos "sarmientos" son brotes nuevos de la cepa, herbáceos al principio, que crecen con fuerza a su inicio: crecen, jóvenes y verdes, muy deprisa: hasta casi 5 centímetros al día. Aquí vemos uno de esos brotes jóvenes, surgiendo acompañados de hojas...:






Los sarmientos son los responsables del crecimiento de todas las estructuras vegetales de la planta: hojas,  inflorescencias e  infrutescencias , zarcillos,... y uvas


Ahora otro de esos jovencísimos sarmientos; brotando éste del resto de un sarmiento seco del año anterior...:


Los sarmientos desarrollan toda la vida de la planta: parecen plantas independientes, autónomas; pero su vida depende, lo sabemos, de su vinculación con el tronco de la cepa, que aparentemente ha desaparecido. En verano, al fructificar, los sarmientos van siendo cada vez más leñosos hasta acabar siendo unos muy secos palitroques 



He aquí una vid un poco especial con dos grandes sarmientos muy separados. En otoño, tras la vendimia y la caída de las hojas, se procede a la "poda seca": se podan casi todos los sarmientos, ya secos, se dejan un par o tres, para que puedan facilitar en primavera la aparición de nuevos sarmientos. En este caso, será una fácil poda...


Al principio, las vides -su conjunto se denomina "viña" y/o "viñedo"- se plantaban en forma muy desordenada y masiva: hasta 4000 cepas por hectárea; y en terrenos de poca calidad. Más adelante se racionalizó el cultivo: los viñedos se ordenaron para permitir una mejor vendimia -el corte de las uvas- hasta llegar, poco a poco, a nuestros actuales viñedos, muy sofisticados, que permiten el paso de maquinaria agrícola por entre las filas de cepas. La presente viña, situada cerca de Canet d'Adri, en Girona, es aún un poco caótica. Pero nos permite ver una higuera que cierra uno de sus laterales: viñas e higueras son un conjunto muy tradicional...



La vid también se cultiva en "altura", en parras, que aprovechan los "zarcillos" de la planta para encaramarse a rejas, alambradas, mástiles u otros elementos que constituyen los llamados "emparrados".  La siguiente vid, elevada, nos permite ver muy bien sus hojas.



Las hojas de la vid se llaman "pámpanos". Son hojas pecioladas, dispuestas en forma alterna, grandes y partidas en cinco lóbulos puntiagudos. 



Los "zarcillos", son estructuras especializadas de una planta trepadora -en este caso de la vid- que permiten a la trepadoras adherirse a otra planta u objeto y ganar altura y solidez. Aquí vemos algunos de ellos "sin trabajo" pero preparados:


Y aquí tenemos otro zarcillo en pleno trabajo: adherir un sarmiento a un cable de la casa vecina...: de hecho, los zarcillos, flexibles al inicio, se enroscan y endurecen en cuanto encuentran soporte...


Una nueva fotografía de nuestro primer sarmiento. Veis que surge de el, abajo a la izquierda, una formación algo caótica que es el inicio de una inflorescencia. Una vez madura y abierta se distinguirán más claramente las flores, en racimos, que darán después lugar a los frutos: 


Pues aquí tenemos uno de esos racimos de frutos. Los frutos son bayas muy líquidas, como globos, con 2 ó 4 semillas cada una:


He aquí una cepa con muchos racimos: es lo normal. El problema es que las uvas no están aún maduras, están un poco verdes y la foto pierde gracia; lo mejoraremos en el futuro:


Y aún otra cepa llena de frutos... verdes


Bueno: pues veamos ahora unos racimos de uva, madura y apetecible:


Una historia tan larga ha ocasionado centenares, millares de variedades de uvas... Se habla de más de 5000 "cultivares", pero es de suponer que muchos de ellos son, en realidad, nombres distintos de una misma variedad...   Evidentemente son incontables y variados los tipos de vinos que se consumen en todo el mundo.